El festival de la carne del perro de Yulin, China, comenzó en los años 90 como una atracción turística para celebrar la llegada del verano. Este año las autoridades han dicho que no se realizará, aunque activistas aún tienen dudas sobre la sinceridad del Gobierno.
Ciudad de México, 21 de junio (Sinembargo/Global Voices).– En medio de inmensa presión pública, el Gobierno de Guangxi ha puesto un alto al conocido Festival de la carne de perro de Yulin, que estaba programado para el 21 y 22 de junio de este año. Según activistas a favor de los derechos de los animales de Hong Kong, las autoridades de Guangxi se comprometen a garantizar que la matanza masiva de perros no ocurrirá haciendo cumplir leyes que están relacionadas con la manipulación de alimentos y el higiene.
Hace años que los activistas a favor de los derechos de los animales de todo el mundo han estado pidiendo el fin de este festival. El 10 de junio del 2016, veinticuatro grupos animalistas entregaron una petición firmada por 11 millones personas de todo el mundo a la oficina de Beijing del Gobierno de la ciudad de Yulin. Dirigiéndose al Presidente chino Xi Jinping, la petición instó:
«Con el festival de la carne del perro en Yulin se causa un severo daño a los animales, se arriesga la salud humana, se daña la reputación de China y se extiende un comportamiento ilegal, así como también se infringen las leyes sanitarias de alimentos chinas. Es momento de que el Gobierno chino tome cartas en el asunto para acabar con este evento para mejor. Así claramente se muestra su liderazgo en la protección del bienestar de las personas y los animales y manifiesta la reputación global de China como una nación progresiva que no se ve manchada por tales actos».
Opositores al festival dicen que la mayoría de los perros que se consumen durante el evento son robados. A diferencia de la ganadería, actualmente no hay inspecciones acerca de la salubridad de la carne de perro en China, lo que hace que su consumo sea una potencial amenaza para la salud pública. En el siguiente video, producido hace dos años por el proyecto Duo Duo Animal Welfare, se explica el problema en detalle:
En respuesta al clamor de los activistas, el periódico nacionalista Global Times trató de “extremistas culturales” a los medios occidentales y a los activistas de los derechos animales.
«Algunos medios de comunicación occidentales y organizaciones de derechos de los animales han hecho una tormenta en un vaso de agua y afirman que el Festival de la carne de perro de Yulin representa la imagen nacional de China. Declaran que si el Gobierno le pone fin al festival las consecuencias serían de este modo o de este otro. Esto es de alguna manera el reflejo de un extremismo cultural».
Sin embargo, la presión para detener el festival no sólo viene de afuera de China o de los círculos de activistas chinos. Un equipo de análisis de opinión pública afiliado del estado Chino, People.com.cn, recientemente realizó una encuesta en línea y entre los 30 mil encuestados, el 64 por ciento apoya la prohibición de consumir carne de perro. Sólo el 24.4 por ciento de quienes respondieron se opusieron a su prohibición.
Ese informe destaca que el consumo de carne de perro no es una práctica típica de la cultura china y darle esta característica al festival sería dar un paso atrás:
«Ser humano con los animales no es sólo un valor de los occidentales. China ha tenido leyes contra el abuso animal desde la época de la dinastía Qing. Por lo tanto, la introducción de nuevas regulaciones que van en contra del Festival de la carne de perro, el que implica la matanza cruel y masiva de perros para su consumo, es congruente con la cultura China. El gobierno debe condenar el robo ilegal, el transporte y venta de carne de perro. […] Desde tiempos remotos, China ha tenido la tradición de no servir carne de perro a los invitados. El presunto festival es una reunión pública para comer carne de perro y algunos locales incluso matan perros en plena calle. Tal comportamiento es una regresión cultural».
El festival de la carne del perro comenzó en los años 90 como una atracción turística para celebrar la llegada del verano. Los habitantes de Yulin creen que consumir carne de perro al comienzo del verano trae buena salud para quien la come. El festival contaba con el apoyo del Gobierno local de la ciudad, pero dejó de tenerlo el 2014 y así cada vez más personas se oponen a su realización. Sin embargo, el Gobierno no impidió que el evento se realizara el año siguiente a través de las normas de higiene y seguridad alimentaria.
Michael Tien Puk Sunl, representante de la Asamblea Popular Nacional de Hong Kong, le comentó a la prensa que el Gobierno de Yulin ha prometido que no realizará una matanza pública de perros. Sin embargo, no pararán que las personas consuman carne de perro en privado.
Activistas a favor de los derechos de los animales de Guangxi han confirmado que hasta el momento en las calles de Yulin no hay ninguna bandera del festival. Sin embargo, aún tienen dudas sobre la sinceridad del Gobierno por hacer cumplir la ley y sobre si la decisión de detener el festival es una manera de lavarse las manos de un “espontáneo” evento cultural local. Algunos temen también que el intenso escrutinio del festival podría ser contraproducente, ya que las personas conocen y llegan a Yulin por la carne de perro.
